Super Bowl XL | SEAHAWKS 10-21 STEELERS...
Los Acereros de Pittsburgh ganaron su quinto Super Bowl en el adios de Jerome Bettis
DETROIT, 5 de febrero de 2006 - Un sensacional acarreo de 75 yardas de Willie Parker, el más largo en la historia del Super Bowl, encaminó el domingo a los Acereros de Pittsburgh al campeonato de la NFL al vencer 21-10 a los Halcones Marinos de Seattle.
No sólo los Acereros ganaron su esquivo quinto título y primero desde 1980, sino que también le permitieron darle la satisfacción de la consagración a su técnico Bill Cowher, luego de varios fallidos intentos.
También ofrecieron alegría a su running back Jerome Bettis, jugando en su ciudad natal, y en el que pudo haber sido el último partido de su ilustre trayectoria.
Cowher finalmente pudo cantar victoria tras 14 años como técnico, el periodo más prolongado en la historia de la liga.
Y Pittsburgh se alzó con una corona después de haberse metido a la postemporada con el récord más modesto de los seis equipos de su conferencia, la Americana.
También tuvieron complicidad de parte de los Halcones Marinos. Seattle regaló de todo: faltas, balones sueltos, manejo torpe del tiempo y un catastrófico pase interceptado de su mariscal de campo Matt Hasselbeck. La misma se produjo justo cuando los campeones de la Conferencia Nacional parecía que se apoderaban de la manija del partido.
En vez de ello, Pittsburgh (15-5) consiguió la anotación que aseguró la victoria con el tipo de engaños que han presentado en su racha de ocho victorias consecutivas.
Su versátil receptor Antwaan Randle El, quien fue quarterback en la universidad, recibió el balón de Parker, corrió a toda velocidad hacia el otro lado del campo y lanzó un pase perfecto a Hines Ward para un touchdown de 43 yardas cuando quedaban 9:04 minutos por jugarse.
El papel del "Autobús" Bettis fue mínimo en lo que pudo ser su último partido para el quinto mayor corredor de balones de la NFL.
También así fue el impacto de Ben Roethlisberger, pues la jugada más importante del quarterback más joven en ganar un Super Bowl --a sus 23 años-- fue un infame envío que fue interceptado por Kelly Herndon, de Seattle, que lo tomó para escaparse 76 yardas con él.
Esto permitió el único touchdown de los Halcones Marinos, un envío de 16 yardas para Jerramy Stevens.